Estimados bloggeros:
Comparto con ustedes este cuento que escribí; a mi percepción del cuento "Carta encontrada a un ahogado" del maestro Guy de Maupassant.
Confesa
“TESTIGOS
SOSPECHAN QUE JOVEN ENCONTRADO AHOGADO AYER EN EL SENA, PUDO HABER SIDO
ASESINADO POR DAMISELA DESCONOCIDA”; leía Amélie en el
vespertino que sostenía en sus manos, mientras permanecía a orillas del río. Acto seguido el amarillento papel que sacó de su
abrigo, sirvió de confesionario…
¿Por qué tuviste que estropearlo todo? Yo
solo quería pasar la noche en el río y escribir un bello poema. ¡Qué ser tan
extraño eras! Muy hermoso, eso sí, tus castaños cabellos rizados vistiendo tu
frente me atrajeron apenas te vi…, pero tu cabeza andaba mal: analizar y
juzgar todo, tarde o temprano te hubiese traído problemas, incluso, te habría
ocasionado la muerte. Así que era mejor temprano que tarde, ¿verdad? Me enamoró
el sufrimiento de tu alma reprimida, casi la sentí estallar de amor mientras
permanecimos juntos en la barca, tomados
de la mano, ¿no fue suficiente aquello que sentiste para decirme que me amabas?
La noche nos conjuró con su magia: ¡nos regaló el amor! y tú, decidiste
ahogarlo con tus pensamientos. No tenía sentido que vivieses, no habrías
resistido tu tonta existencia sin amor. Te habrías suicidado al buscarme y no
encontrarme.
Por eso cuando percibí la larva de escarabajo
en tu pelo, supe que era la señal de que tu pensamiento estaba putrefacto. No
tuve otra alternativa. La rama del árbol se balanceó perfecta sobre tu sien.
Inmortalicé nuestro amor al aniquilar tus pensamientos. Era la única forma de
que me amases…
La carta que dejé sobre tu cuerpo la escribí
para esclarecer tu muerte; sirva esta para esclarecer la mía.
[La damisela desconocida
sobre cuyo cuerpo se halló esta carta, fue sacada ayer del Río Sena, entre
Bougival y Marly. Un marinero compasivo, que la había registrado para saber su
nombre, presentó el papel que acabamos de copiar.]
Ericka Pereyra